Descubre Chancay

Cultura Milenaria
Donde el tiempo no parece pasar

Continuando nuestra ruta por el norte chico, decidimos dirigirnos a Chancay. Alrededor de la 1:30 de la tarde, llegamos al distrito de Chancay, que pertenece a la provincia de Huaral, ubicado en la Panamericana Norte, aproximadamente a dos horas de viaje de la ciudad de Lima.
Luego, de nuestra llegada, nos dirigimos al Castillo de Chancay,el cual es una edificación de estilo medieval, el cual data de la década del cuarenta y se construyó sobre un acantilado rocoso en las playas de Chancay.

Su creadora fue doña Consuelo Amat y León de Boggio, bisnieta del Virrey don Manuel Amat y Juniet Ponella y Almerch. Doña Consuelo, quien se casó con el ilustre don Rómulo Boggio, fue una dama de gran sensibilidad artística, dentro de sus talentos encontramos: la poesía. Y nos asombramos al conocer la existencia, aproximadamente, de cuatrocientos poemas. Fue en el año 1935 que decidió construir el Hotel Villa Madreperla, el cual era un albergue para las visitas que deseaban veranear desde la ciudad de Lima. En 1940, se inicia la construcción de este Castillo, que fue diseñado por ella misma.

Nuestro viaje estaba por finalizar, después de ver el museo, la impresionante sala de caza y los acabados del Castillo, pero no podíamos irnos sin antes comer algo en el centro de Chancay, ver las cadenas del ancla y el cañón de la Covadonga, que se encuentran en el centro del distrito de Chancay para recordar la valentía del pueblo, quienes recobraron el barco en la Guerra del Pacífico.

Ya casi se nos acababa la aventura. Eran las 5 de la tarde, pero sabíamos que no nos podíamos ir sin ver el Eco Truly Park.

El Eco Truly es una finca turística de Chancay que se ubica debajo del serpentín de Pasamayo, en Chacra y Mar. Allí, existe un conjunto de construcciones que no tienen igual en el Perú ni en ninguna otra parte del mundo. Las múltiples cúpulas del Eco Truly Park, situadas frente al mar, rinden homenaje a la hermosura de las playas.

El Eco Truly cuenta con biohuertos, salas de yoga, productos y comidas naturales. En este lugar, comunidad de los Hare Krishna, prima la tranquilidad y la armonía; los mismos Krishna son los que ayudan a los visitantes a lograr estos estados, al mismo tiempo enseñan un poco sobre sus creencias y la valoración que le dan a la vida.

Luego de habernos cargado de energía positiva, decidimos regresar a Lima. Eran las 7 de la noche y regresamos satisfechos por haber disfrutado de este pequeño viaje a solo un par de horas de la ciudad. Huaral, fue una aventura que volveremos a repetir, ya que ofrece más de lo que se puede imaginar. Tú también puedes disfrutar de este “full day” como lo hicimos nosotros. ¡Vamos, Peruando!